Cada vez que la operadora de Internet detecte una falta en sus clientes, enviará inmediatamente un correo electrónico al infractor notificándolo al respecto. Si esta situación se reitera, el aviso irá acompañado por una carta certificada al domicilio de la persona.
En el caso de una tercera violación a los términos establecidos, se procederá directamente a citar al usuario con un juez, quien tendrá la posibilidad de suspender temporalmente la conexión a Internet (el infractor continuaría abonando el servicio) y fijar una multa de hasta 1.500 euros.
Situación polémica y presta para el debate, sin lugar a dudas.
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